El luchador cubano Mijaín López se despidió del olimpismo tras ganar su quinto oro consecutivo en los Juegos Olímpicos. Con 41 años, López se convierte en una leyenda al lograr un récord sin precedentes en la lucha grecorromana, donde ha dominado la categoría de 130 kilos.

Este último triunfo, en París 2024, corona una carrera que comenzó en Atenas 2004 y que deja un legado imborrable en la historia del deporte.

Foto: LAPRESSE

El camino hacia la gloria olímpica

López inició su trayectoria olímpica en Atenas 2004, donde finalizó en quinto lugar. A partir de ese momento, se convirtió en una fuerza imparable, conquistando el oro en Pekín, Londres, Río y Tokio. En París, no fue la excepción, cerrando su carrera con un récord de 22-1 en combates olímpicos, lo que subraya su dominio absoluto en la disciplina.

La clave del éxito: pasión y humildad

Para Mijaín López, su éxito radica en la pasión por el deporte y la humildad. A pesar de las dificultades en Cuba, López siempre se mantuvo enfocado en sus objetivos, demostrando que con dedicación se pueden superar los obstáculos. Sus palabras tras el triunfo destacan la importancia de la sinceridad y el amor por lo que uno hace, factores que han sido esenciales para sus logros.

Una última victoria frente a un amigo y discípulo

En su último combate, López derrotó a Yasmani Acosta, un luchador cubano que ahora compite por Chile. Esta victoria no solo aseguró su quinto oro, sino que también fue un emotivo cierre de ciclo, enfrentando a un amigo y discípulo en la final.