La tarde del 31 de mayo de 1970, en Yungay (Huaraz), una ciudad entera fue sepultada por dos desastres naturales, entre ellos, un terremoto de 7.8 de magnitud.
En 45 segundos, Huaraz quedó totalmente destruida. Sin embargo, eso no sería todo, pues luego del terremoto, se desprendió una franja de unos 800 metros de ancho por 1.500 metros (1.5 km) de largo del nevado Huascarán, lo cual originó una avalancha de 30 millones de toneladas de lodo, hielo y piedras, sepultando la ciudad de Yungay.
Este desastre dejó más de 20.000 muertos.
