Arturo Fernández está resignado a su suspensión como alcalde de Trujillo. No se arrepiente de nada y aunque su gestión está marcada por los escándalos, sueña con postular a la presidencia de la República.
Arturo Fernández está resignado a su suspensión como alcalde de Trujillo. No se arrepiente de nada y aunque su gestión está marcada por los escándalos, sueña con postular a la presidencia de la República.