Según un informe del seminario Hildebrandt en sus trece, el arquitecto Ernesto Villanueva, actualmente prófugo y condenado por corrupción, habría aprobado modificaciones en la estructura del Real Plaza Trujillo sin una debida evaluación técnica. Estas alteraciones, destinadas a ampliar el área comercial del patio de comidas, podrían haber contribuido al colapso del techo que dejó seis muertos. La investigación señala que se reubicaron cinco columnas de soporte sin un análisis estructural adecuado.
El semanario reveló que el Ministerio Público incautó los planos de la obra y constató que la Municipalidad de Trujillo carecía de información clave sobre las vigas. Además, se determinó que la administración del Real Plaza y las autoridades municipales conocían sobre la oxidación de pernos y estructuras desde una fiscalización en julio de 2024.
A pesar de ello, en diciembre, la municipalidad ordenó el cierre del centro comercial por deficiencias estructurales, pero este reabrió asegurando que estaba en “perfecto estado”.
