¿Cómo era la Municipalidad de Trujillo antes de 1970?

Antiguo Palacio Municipal de Trujillo

La mayoría de las casonas del centro histórico de Trujillo evidencian una arquitectura civil doméstica que guarda características propias de la Colonia y República, lógicamente, con aportes prehispánicos y europeos (principalmente españoles) que fueron incorporados en el tiempo para adaptarlos a los fines de carácter institucional o residencial que se les fue dando. Muchos inmuebles también han recibido algunos otros elementos constructivos y arquitectónicos modernistas.

Igual que el actual Palacio Municipal, los antiguos edificios que aun quedan en pie generaron entre sus cuatro paredes un sinnúmero de recuerdos y anécdotas, cual herencia gratuita que la descendencia no ha sabido aquilatar o preservar y se han ido perdiendo en el tiempo.

Historia

Parece que en el trazo original de la fundación de la ciudad no se consideró ningún solar para el cabildo –como antes se le denominaba a la municipalidad– en el perímetro de la Plaza Mayor, lo que hace suponer que sus sesiones se realizaban en las casas de los primeros alcaldes. La primera autoridad edil que tuvo la ciudad fue Rodrigo de Lozano y ocupaba la que ahora es conocida como Casona Ochaita y Urquiaga, ubicada en Pizarro # 466, donde actualmente funciona el Banco Central de Reserva.

Casa Urquiaga o Casa Calonge sede del Museo Banco Central.

Posteriormente se discutió la necesidad de adquirir un local para el funcionamiento del cabildo, que debería estar alrededor de la Plaza Mayor. Sin embargo, el primer local adquirido estuvo fuera, desconociéndose su ubicación exacta.

El segundo cabildo y cárcel estuvo ubicado en Almagro # 468, frente a la Plaza Mayor y es parte de los que fue el solar del conquistador Francisco Pizarro, que estaba integrado por los actuales locales de la ex Prefectura (Casa del Gobierno Regional de La Libertad), Colegio de Arquitectos y las casas de las familias Pinillos Monteverde y Delgado Vanini (ex Benítez Vargas), esta última fue la que ocupó el cabildo en 1567.

Casa de la Identidad

Este edificio había quedado reducido a escombros durante el terremoto de 1619 por lo que el cabildo volvió a quedarse sin local hasta fines del siglo XVII que es cuando se compró un solar en estado ruinoso, también debido al antes referido sismo, que era propiedad de Antonio de Urraca y que incluía el área ocupada por la casa que pertenece a la familia de Guillermo Ganoza Vargas (Pizarro # 428).

Tal solar estaba ubicado en las esquinas de las ahora calles Pizarro y Almagro, donde está el Palacio Municipal. En parte de sus ambientes también funcionó la cárcel.

Para 1646 la casa del cabildo tenía en su frontis una típica estructura de pórticos y sobre ellos, en su planta alta o segundo piso, una terraza utilizada para los cabildos abiertos o para presenciar los espectáculos públicos que se organizaban en la Plaza Mayor. De los años posteriores hay poca información.

El ayuntamiento

En el siglo XIX, en el segundo piso del ayuntamiento o cabildo, que es como se le denominaba antaño a nuestro Palacio Municipal, además de la sala de sesiones, también funcionaban oficinas. Su planta baja era utilizada como cárcel. Hasta antes del terremoto de 1970 el Palacio tenía tres pisos, el sismo trajo abajo el ultimo piso.

Palacio Municipal en 1917

Después de cada terremoto –como el del 14 de febrero de 1619, en que la tierra siguió temblando intermitentemente durante 15 días, destruyendo edificaciones desde sus cimientos y dejando destruida a la ciudad casi en su totalidad–, el local del cabildo trujillano “renacía como una especie de jaula de adobes, sin ninguna prestancia”, refiere el tradicionalista Carlos Camino Calderón en “Los Tesoros del Cabildo”.

“En los últimos tiempos del coloniaje, el ayuntamiento presentaba unos pesados portales y una prosaica galería sostenida por columnas de algarrobo”, describe, en forma similar a como lo mostramos en una antigua foto de cuando aún el tranvía pasaba frente al cabildo.

Es que las arcas ediles de ese entonces no recibían recursos. Tan es así que cuando el marqués de Torre Tagle proclamó la independencia de Trujillo, el 29 de diciembre de 1820, solo había en caja un real y medio, por lo que nuestro insigne prócer, para celebrar tan histórica fecha, mandó traer dinero de su peculio que luego lanzó al pueblo desde la galería del cabildo.

Agua milagrosa

En medio de esa falencia crónica en que vivía el cabildo trujillano, no le faltaba el agua que cada mañana el conserje extraía de un pozo que había al fondo del solar y depositaba en un botijón ubicado junto al descanso de la escalera. El agua, además de ser las más pura, fresca y cristalina de doscientas leguas a la redonda, se afirmaba que tenía virtudes maravillosas y que obraba prodigios en quienes la consumían.

No había alcalde o regidor que antes de ingresar a la sala de sesiones no se detuviera para beber uno o varios jarros del líquido del botijón que, según se decía entonces, “aclaraba la inteligencia, alumbraba el juicio y fortalecía la virtud”, lo que ahora sería de mucha utilidad.

Este virtuoso líquido también era ofrecido a los forasteros, para que no salieran nunca más de la ciudad, como se cree aún en algunos pueblos del ande liberteño y en diversas partes del país.

Lamentablemente, a inicios del siglo pasado, debido a la construcción del nuevo edificio mandado hacer por el filántropo Víctor Larco Herrera, el agua del milagroso botijón del cabildo dejó de aplacar la sed de ansiosas gargantas, para ser cambiado por cañerías en las cuales el líquido que se bebía ya no tenía las tan famosas virtudes.

Ahora, el Palacio Municipal ya no tiene los tres pisos que ostentaba hasta 1970, pero en sus remozados ambientes, que incluso cuentan con modernos servicios de Internet o aire incondicionado, aun se aspira y se siente esa parte de la patrimonial historia trujillana. Muchos de sus antiguos trabajadores dan cuenta de hechos atribuidos a almas en pena, de aquellas que purgaron delitos en ambientes de la cárcel que allí funcionaba.

Los primeros alcaldes de la ciudad de Trujillo 1900-1905:

►Dr. José Porturas y Verde, 1° enero 1900, al 22 junio 1900

►Alfredo Pinillos Hoyle, de junio al 17 diciembre de 1900

►Luis José de Orbegoso, del 1° enero 1901, al 23 agosto de 1901
lo reemplazo Bach. Wenceslao Pinillos Rosell

►Alberto Larco Herrera, del 1° enero 1903 al 18 de setiembre 1903

►Dr. Santiago E. Uceda, del 8 de enero 1904 al 31 de diciembre 1904

►Dr. Enrique Blondet Moyano, del 13 de enero 1905 al 5 de mayo 1905

►Alberto Larco Herrera, desde el 27 de mayo 1905.

 

Fuente: Historiador Christian Oliva Capuñay