Una significativa misa de acción de gracias y un paseo a caballo en el centro histórico de la ciudad, así es como Arturo Fernández participó de sus primeras actividades minutos antes de juramentar como alcalde de la provincia de Trujillo.
El escenario fue el teatro municipal de la ciudad, iconografías mochicas formaban parte de la ambientación de la ceremonia. El primer regidor, Mario Reina fue el encargado de tomar el juramento de Fernández Bazán.
Al alcalde de Trujillo le colocaron una banda con los colores rojo y blanco, alusivos al Perú y la cultura moche por las iconografías que llevaba. Los miembros de su concejo municipal también hicieron su compromiso público para mejorar la ciudad de Trujillo. Un dato curioso es que no todos portaron medallas distintas porque cada uno tuvo que financiarla con sus propios medios.
Uno de los primeros problemas que tendrá que afrontar la gestión de Fernández es la crisis económica municipal, que se ve reflejada en el desorden interno y la afectación a los ciudadanos con una ciudad insalubre.
En las primeras horas, antes de la ceremonia, cien contenedores con logos de la entidad municipal, fueron colocados en la plaza de armas de Trujillo, el alcalde, reconoció que se trataba de una donación hecha por un empresario de Moche, el destino del material, se definirá en la primera sesión de concejo.
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