La mañana del 1 de noviembre, un taxista fue intervenido por la policía en las afueras del cementerio Miraflores debido a un presunto estado de ebriedad. La situación se originó cuando una comerciante denunció que el conductor casi la atropella mientras ella estaba organizando su mercancía para el Día de los Santos.
La comerciante involucrada relató que había estado vendiendo flores desde la mañana y que el taxista, aparentemente en estado de ebriedad, casi le atropella el pie mientras avanzaba. En su declaración, solicitó al conductor que le reembolse el valor de su mercancía dañada. La mujer expresó su frustración por la irresponsabilidad del conductor, quien, según ella, no mostró la debida atención al conducir.
Por su parte, el taxista negó haber estado en estado de ebriedad al momento del incidente. Reconoció que había rozado la mercancía de la comerciante, pero defendió su versión diciendo que no fue su intención causar daño. El incidente llevó a la detención del taxista, quien fue trasladado a la comisaría de La Noria para los procedimientos correspondientes.