En Trujillo, la informalidad comercial continúa siendo un desafío creciente. A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades locales, la situación persiste. En la intersección de las avenidas María José Eguren con Vallejo, en la urbanización Palermo, se evidencia este problema de manera clara. A pesar de los intentos de ordenamiento, la presencia de vendedores informales sigue siendo una constante.
La falta de recursos y apoyo dificulta el control de los vendedores ambulantes. Aproximadamente cuatro mil ambulantes operan en la zona, una cifra que se duplicará durante la temporada del Día de la Madre. La incapacidad de las autoridades para controlar este complejo de ambulantes se debe a la falta de personal y recursos suficientes.