El alcalde provincial de Trujillo, Arturo Fernández, protagonizó un bochornoso espectáculo que podría costarle una grave denuncia por el delito de usurpación de funciones al no dejar que la policía pueda concluir una intervención hacia una persona acusado de robo.

Para el abogado Raúl Salinas, indicó que no era necesario la presencia de un fiscal en dicha zona del incidente debido a que el hecho se mostraba como una flagrancia delictiva.
Pero todos los ciudadanos se preguntan, ¿Cómo debió actuar el señor Fernández Bazán frente a un caso como estos? El letrado nos responde a detalles:
Según el especialista, dijo que lo único que ha generado es generar una mala imagen para la población, más aún para los jóvenes y que una actitud como esta no es común de una persona total que está dentro de sus cabales.
 
		