Desde la urbanización Santa María, en Trujillo, la Casa de Reposo de los Seminaristas guarda un recuerdo especial del nuevo papa León XIV: la habitación donde vivió durante su estancia en la ciudad. El superior mayor de los Agustinos del Norte, Ramiro Castillo, relató que en 1988 compartieron con él momentos de formación y diálogo, destacando su humildad, buen trato y sencillez.
Castillo también recordó su presencia durante el huaico de 1998, en el contexto del fenómeno de El Niño, subrayando su compromiso y ayuda a los damnificados. El seminarista señaló que fue su primer director espiritual y que siempre mostró una marcada disposición a compartir y servir a los demás, rasgos que hoy definen al nuevo pontífice.