Después de nueve años de enfrentar insuficiencia renal, Hilda Román Chorres, de 42 años, recibió un trasplante de riñón en el Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, en Lambayeque.
La operación representó una nueva oportunidad de vida, permitiéndole dejar atrás la diálisis y recuperar su independencia.
El trasplante fue posible gracias a la generosidad de una familia que decidió donar los órganos de su ser querido fallecido. Este gesto permitió que Hilda volviera a tener una vida sin las limitaciones del tratamiento. El procedimiento, que duró ocho horas, estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario conformado por más de 10 especialistas.
Un mensaje de esperanza en lenguaje de señas
A pesar de su discapacidad auditiva, Hilda nunca perdió la esperanza de recibir un trasplante. Su padre, Ángel Román Ortiz, fue su principal apoyo durante el proceso. Cuando se confirmó la compatibilidad con un donante, él le comunicó la noticia en lenguaje de señas, generando un emotivo momento entre ambos.
Recuperación rápida y un agradecimiento conmovedor
Días después, la cirugía se realizó con éxito, y Hilda mostró una rápida recuperación. Conmovida por la oportunidad de una nueva vida, expresó su gratitud a Dios, al equipo de salud y a la familia donante. «Seguimos trabajando para reducir la lista de espera», destacó la titular de EsSalud, resaltando la importancia de la donación de órganos.