Centenares de niños extranjeros ocultan el dolor de la migración jugando en vías públicas o albergues, mientras que sus padres, algunos llorando, claman en honduras por más solidaridad para continuar con su viaje a EE.UU.
Centenares de niños extranjeros ocultan el dolor de la migración jugando en vías públicas o albergues, mientras que sus padres, algunos llorando, claman en honduras por más solidaridad para continuar con su viaje a EE.UU.