Este jueves 21 de abril, el expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar un juicio por supuesto narcotráfico y posesión de armas.
Hernández fue entregado a las autoridades de EE.UU. en la Base Aérea, Hernán Acosta Mejía, ubicada en Tegucigalpa, a la que fue llevado en un helicóptero de la Fuerza Aérea Hondureña por Ramón Sabillón, el ministro de Seguridad.
La acusación preparada por la Corte del Distrito Sur de Nueva York, establece que Hernández usó las ganancias generadas por sus vínculos con el narcotráfico para enriquecerse y financiar sus campañas políticas, además de cometer fraude electoral en conexión con las elecciones presidenciales de Honduras de 2013 y 2017.
Las Corte afirma en el documento que el exmandatario, a cambio de los fondos ilícitos, protegió a los narcotraficantes, incluidos su hermano y exmiembro del Congreso Nacional de Honduras, Juan Antonio Hernandez Alvarado, alias “Tony Hernandez”.
Tony fue sentenciado a cadena perpetua, más otros treinta años de cárcel en marzo de 2021, tras hallarse culpable de cuatro cargos que presentó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, relacionados con narcotráfico, incluyendo el envío de toneladas de cocaína a territorio estadounidense.