En medio de la tensión que se vive diariamente en El Porvenir, una nueva ola de amenazas genera temor entre colectiveros informales de la ruta Gran Chimú. Esta vez, el blanco de los extorsionadores no son los transportistas formales, sino aquellos que trabajan fuera del sistema. Un video difundido en redes muestra cómo un grupo armado lanza amenazas directas de muerte y advertencias sobre incendios de vehículos si se niegan a obedecer sus órdenes.

¿Qué exigen los extorsionadores a los colectivos informales?

Los extorsionadores exigen que los colectiveros informales se abstengan de operar en las calles del distrito. En el video, se observan armas de fuego y municiones como una forma de intimidación directa. De continuar trabajando, los informales sufrirían represalias que incluyen incendios y asesinatos, según la amenaza grabada. Esta advertencia eleva el nivel de violencia en una zona donde la inseguridad crece sin freno.

¿Quiénes están detrás de las amenazas a los informales?

Según fuentes cercanas a la investigación, el grupo conocido como “Los Talibanes” estaría nuevamente detrás de esta serie de extorsiones. En el pasado, la empresa de transporte Gran Chimú ya pagó 5 mil soles como “cupo inicial” y actualmente realiza pagos diarios de 300 soles. Se presume que la mitad de este monto va dirigido a Tony Monytana, identificado como autor de varios ataques violentos, incluida la quema de vehículos.

¿Por qué ahora atacan a la competencia?

El objetivo ahora serían los colectivos informales, considerados competencia directa de las rutas controladas. El mensaje es claro: no se permitirá que otras unidades circulen sin pagar “cuota” o sin autorización del grupo extorsivo. Esta escalada de violencia afecta tanto a trabajadores como a pasajeros, que ven restringida su movilidad.

¿Qué medidas se esperan de las autoridades?

Frente a esta situación, los vecinos exigen una intervención inmediata de las autoridades. La Policía Nacional y el Ministerio Público ya estarían analizando los nuevos videos para identificar a los responsables. La comunidad del El Porvenir se encuentra en alerta, y el temor de nuevos ataques se siente en cada esquina.