Sergio Bolaños Sarmiento, de 29 años, fue asesinado a balazos la noche del jueves mientras caminaba por la avenida Brasil, en el distrito de Jesús María. El ataque ocurrió cuando la víctima se dirigía a una tienda cercana. No llegó a ingresar. Dos hombres en motocicleta lo interceptaron y le dispararon repetidas veces, dejándolo sin vida en plena vía pública.
Ataque directo y sin margen de escape
Testigos relataron que escucharon una ráfaga que inicialmente confundieron con pirotecnia. Solo al ver al joven desplomado y la moto escapar hacia la avenida 28 de Julio entendieron que se trataba de un ataque directo.
En la zona, la Policía halló más de 15 casquillos, evidencia del nivel de violencia desplegado por los agresores. Las autoridades confirmaron que no fue un asalto ni un intento de robo: el ataque tenía un único objetivo.
Un nombre marcado por un atentado previo
La muerte de Bolaños ocurre tres meses después de que su vivienda en la avenida Perú, en Trujillo, fuera destruida por una carga explosiva. Ese atentado lo colocó en el centro de versiones policiales que lo vinculaban con la organización criminal Los Pulpos.
Él rechazó esas acusaciones, asegurando que estaba siendo incriminado sin fundamento y que se trataba de una disputa entre dos delincuentes rivales conocidos como “Jolín” y “Jhonsson”.
Conversaciones bajo la lupa
Tras el crimen, fuentes preliminares indican que en su celular se habrían encontrado mensajes recientes con “Jhonsson”, información que podría reorientar la investigación. Estos hallazgos, aún en verificación, generan nuevas interrogantes sobre su rol dentro de las tensiones entre ambas facciones.
La revelación tiene peso debido a que, tras el atentado en Trujillo, Bolaños había acusado públicamente a “Jolín” de ser responsable de la explosión.
Tras el atentado en Trujillo, Bolaños había dicho en varias oportunidades que temía por su vida y la de su familia por lo que cambió de residencia y evitó retornar al norte del país. Sin embargo, sus movimientos habrían sido seguidos hasta Lima.
Para los agentes, la precisión del ataque evidencia que quienes lo buscaban conocían sus rutinas.
En agosto, las autoridades lo mencionaron como posible integrante de Los Pulpos, aunque nunca se le imputó formalmente. Informes policiales lo relacionaban con movimientos entre varias facciones criminales enfrentadas en Trujillo.
Bolaños insistió en que no pertenecía a ningún grupo y que estaba siendo utilizado como pretexto en una disputa ajena. Responsabilizó a “Jolín” de la explosión que arrasó su vivienda y denunció que lo querían perjudicar.
Sicariato profesional como hipótesis central
Los investigadores no descartan que su asesinato esté ligado al atentado en Trujillo o a conflictos internos dentro de Los Pulpos. La modalidad del homicidio —sicarios en moto, disparos directos y fuga inmediata— coincide con patrones de organizaciones criminales con logística y financiamiento.
Otra línea que se evalúa es si el crimen fue una represalia por sus declaraciones públicas contra “Jolín”.
Investigación en marcha
El Ministerio Público dispuso el levantamiento del cuerpo y la revisión de las cámaras de seguridad públicas y privadas del sector. La Policía analiza si la víctima fue seguida desde otro punto de Jesús María o desde su vivienda.
Las autoridades sostienen que el ataque no fue casual: los sicarios sabían a quién buscaban.



