En Trujillo, el incremento constante de pacientes en los centros de salud mostró nuevamente una realidad preocupante en el Hospital Belén, donde la demanda superó su capacidad instalada y generó una situación crítica. La Contraloría realizó operativos inopinados y detectó graves deficiencias en la atención y condiciones del nosocomio. La visita se desarrolló como parte de una serie de megaoperativos a entidades públicas de la región.
La Contraloría informó que el servicio de emergencia presentó un déficit de casi 35 camas, lo que obligó a atender a pacientes en sillas de ruedas y camillas mientras esperaban un espacio disponible. Esta saturación se originó por el crecimiento de la demanda y la antigüedad del establecimiento, cuyas instalaciones ya no respondieron a las necesidades actuales. La situación afectó la oportunidad y calidad del servicio entregado a los ciudadanos.
¿Qué problemas se encontraron en el almacenamiento de medicamentos?
Los auditores detectaron además hasinamiento de medicamentos almacenados hasta el techo, sin sistema de aire acondicionado y mezclando productos vencidos con nuevos, lo que podría poner en riesgo la administración correcta de fármacos. La falta de espacio evidenció desorden y una gestión ineficiente del material médico. Estos hallazgos generaron alarma entre los evaluadores.
¿Qué ocurrió con los equipos hospitalarios sin uso?
La visita detectó equipos adquiridos desde mayo que nunca se utilizaron debido a errores en el cálculo y diseño para su instalación. Entre ellos destacó una autoclave de alta capacidad destinada a la esterilización de equipos médicos, que permaneció sin funcionamiento. Esta máquina debía fortalecer la calidad hospitalaria, pero deficiencias técnicas impidieron su uso y generaron dependencia de otras unidades.
¿Qué problemas afectaron a la morgue de Trujillo?
La Contraloría también inspeccionó la morgue del Ministerio Público y detectó que su capacidad fue superada, reportando hasta tres cuerpos por cámara refrigerada. El equipo no realizó análisis de ADN ni dosajes etílicos por falta de implementación de equipamiento. Familiares incluso durmieron en exteriores esperando trámites ante la saturación del local, situación que generó preocupación en la ciudadanía y en el equipo de supervisión.


