En Trujillo, la Virgen Candelaria del Socorro genera expectativa entre vecinos y visitantes por el inicio de su tradicional bajada quinquenal, una ceremonia que forma parte de la identidad cultural del balneario de Huanchaco y que convoca a miles de fieles. Esta festividad, una de las más representativas de la región, moviliza a pobladores y autoridades en un extenso recorrido que conecta historia, devoción y turismo religioso.
¿Por qué la bajada quinquenal genera tanta expectativa en Huanchaco?
La bajada quinquenal, en su 68 edición, mantiene una tradición que comenzó en 1681, cuando autoridades de Trujillo solicitaron que la imagen visitara la ciudad cada cinco años. Desde entonces, la comunidad de Huanchaco cumplió este compromiso religioso sin interrupciones. La celebración destaca por su fuerte vínculo con la historia local y por la participación activa de pescadores, danzantes y promesantes.
¿Cómo se desarrolla el extenso recorrido procesional hacia Trujillo?
El recorrido inició con una misa de salida y continuó rumbo a diversas Pascanas, donde la imagen pernocta durante 33 días consecutivos. La procesión atraviesa zonas como La Loma, Huanchaquito y la iglesia del Trópico de Chan Chan antes de su llegada a Trujillo. Este trayecto conserva rituales tradicionales y convoca a cientos de participantes que acompañan la imagen a lo largo de cada etapa del recorrido.
¿Qué actividades destacan durante la estadía de la imagen en Trujillo?
La Virgen permanece 15 días en el distrito, visitando parroquias como Santa Ana, San Francisco y San Pedro Nolasco. El 6 de diciembre, la imagen ingresa a la Catedral para un encuentro solemne con el Señor de los Milagros de Trujillo. Ambas imágenes procesionan por el cuadrilátero de la Plaza de Armas durante la celebración de la Inmaculada Concepción.
¿Cuál es el impacto cultural y turístico de la festividad?
Además de su valor religioso, la festividad impulsa actividades culturales como concursos escolares, maratones y la tradicional verbena de despedida. Uno de los momentos más llamativos es la salida de los 500 diablos, personajes coloridos que aparecen únicamente cada cinco años. Este despliegue convierte a Huanchaco en un punto de atracción turística y de identidad colectiva.


